FESTIVIDAD DEL SEÑOR DE LA SANGRE
Las fiesta patronales del ande peruano se manifiestan en danzas, bailes, cantos y bandas típicas, matices de algunos pueblos costeños han hecho suyos. Tal es el caso del culto a Nuestro Señor de la Sangre, en Virú- En este se funden la fe Católica y la tradición , que rememora vieras constumbres precolombinas que se resisten al paso de la historia y a la extirpación de idolatrías gracias a que se mezclaron con los sentimientos religiosos occidentales.
Es debido a este sincretismo religioso que en muchos pueblos peruanos las oraciones y plegarias cristianas van ligadas a canciones y bailes paganos. Es toda fiesta de esta índole diferencian tres grupos de gente: los que llegan por devoción, los danzantes, que a su manera veneran la imagen, y los visitantes, quienes disfrutan de todo este espectáculo.
La festividad en homenaje al Señor de la Sangre se remonta al 2 de julio de 1819; desde entonces el programa celebratorio se desarrolla la primera semana de julio de todos los años.
Sobre la génesis de esta celebración se tejen varias historias. Una de ellas refiere al quemarse el templo de Huamanzaña, las sagradas imágenes quedaron abandonadas, entonces los viruñeros trajeron dos: la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo y San Juan Bautista. La primera fue colocada cerca a la Huaca Santa Clara, donde ahora tiene una capilla, y la segunda se quedo en el sector de Buena Vista.
Otra versión dice que la imagen fue hallada en una humilde capilla construída sobre un barranco de Huamanzaña. Hay quienes afirman que a Huamanzaña llegó un hacendado hereje que ordenó desterrar todas las imágenes religiosas y por eso El Señor de la Sangre fue llevado a Virú.
El mensaje del sacerdote expresa que esta imagen simbiliza la sangre viva que Jesucristo derramó durante su sacrificio, en su afan de salvar al hombre del pecado
La hora de la procesión ha llegado: el rayar el dia. Las 14 agrupaciones folklóricas invitadas preceden la imagen: los incaicos de Virú, La diablada de Virú (azules), Los ancashinos y los osos de Chiclin. Las Cusqueñas de Bitin, Grupo de danzas del Perú y del mundo (Sayas) de Cartavio, las Tobas de Cartavio, Las Huanquillas de Chiclin, Banda Típica David y Goliat (Virú, las Huanquillas de California, Diablada de Virú (rojos), los serranitos de Jequetepeque, Rondant y David, los Diablitos de Virú y las Gitanas de Puente Virú.
Los diablitos de Virú atraen la atención especial del público apostando en la Plaza Mayor porque se trata de un grupo integrado por niños menores de 10 años, quienes con destreza y habilidad realizan festivas piruetas. Tales manifestaciones artísticas, henchidas de un significado cultural, mágico religioso y tradicional, imprimen un matiz andino a la festividad. Esque la conexión entre Virú y la sierra liberteña es muy estrecha, pués en esta zona se ubica uno de los principales antiguos caminos que comunican con la sierra; además en este ámbito se asentaron importantes culturas, cuyas evidencias están en Queneto, Tomabal, Mochán, Huancaco, etc.